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LA PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO REGIONAL

HISTORIA DE LA CABRA

La cabra y la Mitologia Universal

AMALTEA (mit.gr.rom.) Es el nombre de la cabra que amamantó a JÚPITER, cuando TITAIA, su madre, lo salvó de ser devorado por SATURNO, su padre. AMALTEA, descendía de HELIOS, y fue transformada en constelación y sus cuernos, ofrecidos como obsequios a las Ninfas MELISEA y ADRASTEA. Esos cuernos son los que se denominan de la abundancia y se dice que de ellos manaba, entre otras riquezas, el néctar y la ambrosía.

 

La cabra fue uno de los primeros animales domesticados por el hombre, quién utilizó su carne y leche para alimentarse, y su piel para abrigo. Forma parte de las primeras comunidades, y comparte su hábitat, allá por el epipaleolítico (12.000 A.C.), de donde recogimos mitos y leyendas.

Sin lugar a dudas, estos conocimientos de historia, no son indispensables para quienes dedican su vida a la cría de cabras, pero vale reivindicar sus valores.

 

Es importante, destacar algunos hechos trascendentes de su historia, y el sitio de honor que nuestros antepasados le dieron en sus vidas, y como mitologías de diversos países, giran a su alrededor, al punto de que Júpiter, Dios de dioses, fue amamantado por la cabra Amaltea, ascendiente de nuestras cabras.

 

Su docilidad, permitió domesticarla con facilidad, y es parte importante de la alimentación de aquellos primeros asentamientos humanos. Los sistemas de crianza extensiva que utilizaron hace miles de años, no difieren demasiado de los que aún subsisten en muchos países subdesarrollados.

La cabra, fue una importante protagonista en los mitos de esos pueblos.

Siempre, protagonizando hazañas que la magnifican, representando la riqueza, la abundancia, la prosperidad, y como si todo esto fuera poco, las más extraordinarias aventuras amorosas.

 

Cuando se simboliza la virilidad y la potencia amorosa, encontramos a los sátiros, genios de las montañas, mitad hombres, mitad machos cabríos, que alegremente saltan por las verdes praderas, tocando la flauta y haciendo gala de su machismo y seduciendo a cuanta ninfa querían conquistar.

 

A la cabra AMALTEA, en la mitología griega, se le atribuye haber amamantado a JÚPITER, el ZEUSgriego, el más poderoso, al que a veces se le llama Rey de los hombres y de los Dioses. Se dice también, que es el que junta las nubes, el Dios de las nubes sombras, el Dios que gruñe en las cimas de

las montañas.

Pero, como decimos los criollos; Júpiter, Rey de Reyes, es “hijo de leche” de la cabra Amaltea, lo que no es poco.

Zeus fue criado con miel de abejas y leche de cabra. Cuando Zeus lloraba, los Coribantes, que se representan como jóvenes guerreros, golpeaban con sus espadas en los escudos para que su llanto no pudiera llegar a los oídos de Saturno.

La leche de cabra es la más parecida a la leche materna, es decir que la leyenda tenía un fundamento, que hoy, muchos no conocen.

Estos mitos, incluyen a otros animales, y han sido el eje de todo un sistema simbólico-emblemático, cuya interpretación es un elemento de conocimiento y comprensión para las leyendas.

 

1.- PAN, en la mitología griega significa “TODO”.

2.- Egipán o Aigipán (Aix de Cabra, y Pan, es el nombre de Dios).

3.- PAN, es representado con cuernos y piernas de macho cabrío, barbado, con una guirnalda de pino, una flauta a su izquierda y un racimo de uvas a su derecha.

El Pan, sigue siendo nuestro alimento básico. Los Egipanes corresponden a la mitología greco romana y son divinidades selváticas descendientes de Egipán, que vivía en las montañas y las selvas. Se los representa; aEgipán con orejas, cuernos, cola y extremidades de CABRA. En cambio, los Egipanes Libios, eran representados con cabeza de cabra y cola de pez, que simboliza la comida de la tierra, de los mares y los ríos.

 

Heródoto, da el nombre de Egípodas, que significa pies de cabra, a un pueblo de hombres montañeses con pies de cabra, cuya existencia fue refrendada por los Argipeos de Escitia, que vivían al norte del Cáucaso.

Aegis (Égida), en la mitología griega era una cabra monstruosa que expelía fuego por sus fauces.

En los montes Ceraunios, fue perseguida y muerta por Minerva, que se puso su piel en el pecho. A esta piel escudo se le llamó la Égida. Sobre ella, colocaba Minerva, (Palas Atenea, nombre con el que distinguía Homero a la diosa protectora de Atenas) la cabeza de la Medusa.

Otra historia cuenta que PAN habitaba los bosques, donde violaba a las Dríadas. Las Dríadas, eran Ninfas que protegían los árboles, que les eran consagrados, y en cuyo interior tenían sus moradas.

 

Existen grabados, donde las Dríadas aparecen coronadas de guirnaldas de hojas de encina. La más conocida de las Dríadas, fue Eurídice, desposada por Orfeo.

Orfeo, era un macho cabrío, llamado además, PAN, que deseó a la Ninfa Siringa, que pertenecía a la corte de las Dianas, y la persiguió hasta que su padre, para evitar que fuera poseída por PAN, la convirtió encañaveral.

Los griegos le dedicaron a PAN, unas fiestas anuales en las que se conmemoraba la ayuda del Dios contra los persas.

Eran fiestas licenciosas que fueron prohibidas por el Papa Gelasio, hacia el año 494. Este culto se originó en Egipto, donde Pan era el Dios de los pastores de cabras.

Sileno o Silenós (gr.romana) era un sátiro hijo de Pan y una ninfa. Fue maestro de Baco y tenía roja la nariz por el vino, la frente exornada con cuernos y cola de cabra.

Se decía, que de los cuernos de la cabra Amaltea, manaba hidromiel y ambrosía.

 

La ambrosía estaba considerada como la comida sólida de los Dioses. Se acompañaba con el néctar y tenía la virtud de preservar al hombre de la muerte, de la CORRUPCIÓN y las heridas. En aquéllos años, ya existía la preocupación de encontrar una cura para el mal de la Corrupción, que subsiste y hace un enorme daño en todo el mundo. Tendríamos que proponer como parte de los actos de asunción de un gobernante, se incluya la obligación, tomar un poco de ambrosía a él y a todos sus ministros, para evitar que puedan ser tentado por el pecado de la corrupción. Ambrosía, viene del griego, ámbrotos, que significa inmortalidad.

Hermes o Mercurio, era el dios del comercio, hijo de Zeus y de la ninfa Maia. Era, además, Dios de los pastores y rebaños. Protegía al ganado menor, cabras y carneros que pastaban en los montes. Se le representaba sentado con un macho cabrío, o llevando a los hombros un carnero.

Los hindúes, llamaban Amrita a la Ambrosía, y era el licor que inmortalizaba a quién lo bebía. Para los nórdicos, era Kvasir y también consideraba que inmortalizaba al que lo bebía.

 

Los sátiros, eran los eternos perseguidores de las ninfas y pastoras que cuidaban los rebaños, a las que acechaban y raptaban para poseerlas. Los sátiros, son representados como machos cabríos, fuertes y vigorosos, y se consideraba tenían una infinita capacidad sexual y de seducción.

El mito de los sátiros, se remonta a épocas antiquísimas, quizás al paleolítico, y encarna al hombre no civilizado, de alegre y turbulenta embriaguez, guiado por la fuerza de las pasiones y la sangre.

Fauno, fue uno de aquellos sátiros. Se lo imaginaba con orejas, rabo y cuernos de cabra, vestido con sus pieles y coronado de pámpanos y racimos. Sus virtudes, eran dar fecundidad a los rebaños y preservarlos de los accidentes. Estaba identificado con el Pan de los griegos y fue el padre de la raza de los faunos que habitaban los bosques.

En la mitología nórdica, encontramos a Heidrun, una cabra que proporcionaba hidromiel o leche a los guerreros en el Walhalla, servido por las doce Walkirias, aquellas mujeres vírgenes y guerreras que acompañaban a los héroes durante los combates y elegían a los que debían morir gloriosamente, máxima aspiración de los primitivos escandinavos y germanos.

 

En la sala central de este paraíso, crecía un gran árbol; el fresno sagrado bajo cuya sombra pacía la cabraHeidrun, que proporcionaba la leche (hidromiel) a los héroes, a quienes se la escanciaban las doce walkirias. Esta hidromiel la bebían en los cráneos de los enemigos.

En la mitología nórdica, encontramos a Thor, Dios de la Tempestad y del trueno. Es un dios protector de la paz y de las labores campesinas. Realizaba sus viajes en una carroza tirada por los chivos Tanngniosir, el que rechina los dientes, y Tangrisnir, el del crujir de dientes.

La mitología rusa, tenía a LEQUIAS o IJESCHIE, como al espíritu de los bosques. Sus apariciones revestían apariencias semihumanas, aunque con orejas, cuernos y patas de cabra, y poseía el poder de cambiar de estatura.

 

Según la leyenda, atraían a los viandantes hasta el fondo de los bosques, donde les hacían cosquillas hasta provocarles la muerte. Sus atributos y apariencias los hacen similares a los sátiros y faunos grecolatinos.

En la India, AYA EKANAD, era una cabra mítica de una sola pata que simbolizaba el relámpago, la fuerza y el poder incontrolable.

MENDES, corresponde a la mitología Egipcia, y es uno de los ocho dioses principales de la ciudad de Busiris. Equivale a Khem (Pan) y se lo representaba como un macho cabrío.

 

Hay muchas más citas, que podríamos mencionar, pero mi intención es destacar el enorme valor de la cabra en las antiguas comunidades a través de mitos y leyendas.

Para terminar, me referiré a ECO, ninfa del aire y de la tierra, que moraba a orillas del Cefiso, un río de Grecia, que tuvo a las musas por maestras del canto y la siringa.

Narra la leyenda, que Pan (Macho cabrío) se enamoró de Eco, la virgen solitaria, pero no fue correspondido en sus amores, por lo que despechado ordenó a todos los pastores que la descuartizaran y esparcieran sus restos por valles y montañas.

Los pastores cumplieron con la orden que les había dado Pan, y la mataron. Eco, a su vez, se había enamorado de Narciso, despechandoa Juno y éste, en castigo la enmudeció, condenándola a repetir sólo la última palabra que oía.

Narciso, preso de su vanidad desdeñó a la ninfa, la que llena de vergüenza se ocultó en las montañas hasta que sus huesos se convirtieron en piedras y sus palabras en eco.

 

Esta es la leyenda del Eco que todos conocemos y que revive en las montañas devolviéndonos los sonidos que le llegan.

En cambio Narciso, recibió el castigo de la Dríada Aminias, también enamorada y desdeñada por el mancebo, que en ese entonces, según Ovidio, tenía dieciséis años, lo maldijo, deseándole que se enamorara, pero que nunca pudiera poseer el objeto de su amor.

El ruego se cumplió, cuando un día Narciso se inclinó a una fuente para beber y vio reflejada su imagen en la misma, y se enamoró de lo que veía, creyendo que era otra persona, y pretendió abrazarla, y cuando sus brazos se hundieron en el agua, solo encontraron más agua.

Desde ese momento quedó enamorado de sí mismo y su único deseo era volver a la fuente para ver esa imagen, que sin saberlo era su propia imagen. A diario regresaba, apresurado para ver a su amada en la fuente en que vivía. Su único deseo era contemplarla, sin tocar el agua para que no desapareciera, y así permanecía largas horas ilusionado, contemplando y hablándole a su propia figura, que solo le devolvía palabras que no comprendía ni escuchaba en la quietud de la fuente.

 

Su belleza fue languideciendo ante el amor imposible e inalcanzable y al no verse correspondido termina muriendo.

La maldición se había cumplido, pero su belleza hizo que en el sitio de la fuente naciera una flor hasta entonces desconocida, y la bautizaron con el nombre de “Narciso”.

Por último, nuestra cabra también se encuentra en el infinito cielo, al que los antiguos le dedicaban largas horas de contemplación, llegando a formar con las estrellas las figuras imaginarias que componían su entorno de vida y misterio, representándolos en la vía Láctea.

Era la vía o camino que llevaba al Olimpo, donde las mansiones de los Dioses flanqueaban la celeste avenida, que se formó con las gotas de leche que saltaron de los pechos de Juno, una de las nueve deidades mayores del Olimpo. Se la conocía también con el nombre de Aigofagos, la nutrida por las cabras y en su homenaje se le inmolaban cabras.

En Lanuvio (Italia) se la representaba vestida con piel de cabra, con una jabalina y una escudilla, y calzada con escarpines puntiagudos.

 

En el Zodíaco, Capricornio es el signo que representa a la Cabra Amaltea que también nos acompaña desde el infinito en una constelación que lleva su nombre.

Por último debo decir, que es bueno conocer a nuestra querida cabra, desde sus orígenes y endulzarnos con estas historias increíbles, que quedaron y subsisten a pesar de los años y civilizaciones que nos precedieron.

Para terminar, les dejo a ustedes unos pequeños poemas, nacidos por inspiración de ninfas y deidades y también por la cabra Amaltea.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Luis Alberto Ruiz - Diccionario de la Mitología Universal y de los Cultos Primitivos.

Ch. Seignobos - Historia Antigua Oriente y Grecia.

John Rogerson - La Biblia.

Michael Roaf - Mesopotamia y el Antiguo Oriente Medio.

John Rogerson - La Biblia.

Peter Levi - Grecia, Cuna de Occidente.

 

 

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